Candelario, un pueblo con encanto

 

Cuando visitamos un nuevo lugar, siempre nos surge la misma pregunta, y en este caso no iba a ser menos: ¿Qué ver y hacer en Candelario? Desde Mi Tiempo Es Tu Viaje, queremos daros algunas recomendaciones y datos que hace de Candelario un pueblo con encanto.

 

Lo primero que tenemos que hacer es situarlo en el mapa. Se encuentra al sur de la provincia de Salamanca, en la ladera de la sierra de Béjar. Su población no llega a los 1.000 habitantes y como dato inicial a destacar debemos decir que fue declarada bien de interés cultural, perteneciendo además a la red de los pueblos más bonitos de España.

 

 

Arquitectura y singularidades de Candelario

 

Cuando recorremos las empinadas calles de Candelario lo primero que llama la atención, son las denominadas regaderas. Esta especie de pequeños canales, discurren por los laterales de las calles, desde la parte más alta del pueblo a la más baja, llevando agua procedente de manantiales y del deshielo de los neveros próximos de la sierra. En un principio se usaron como “vía” de limpieza de los despojos de la matanza del cerdo, pero más adelante y con el paso del tiempo se ha ido derivando su utilidad al riego de las huertas que rodean el pueblo. 

 

Otro elemento que llama bastante la atención son las puertas de las casas, y más concretamente las denominadas batipuertas. Son una especie de medias puertas que se ponen por delante de la puerta principal de las viviendas y construidas de madera. Son varias la utilidades que se les atribuyen. La primera sería la de proteger la vivienda de la posible entrada de animales a las casas. De este modo las familias podían airear la casa sin temor a que entrara ningún animal en la casa. Otro uso sería el de proteger las casas de los rigores del invierno y de las nevadas. 

 

 

Otra de las particularidades de Candelario son sus fuentes. Si vas paseando por el pueblo, y coincide algún momento que no hay nadie, recomiendo que te pares, cierres los ojos y escuches el sonido del agua en las fuentes o en las regaderas yendo calle abajo. 

 

Por último, destacar la típica arquitectura en la construcción de sus casas. Sus viviendas están edificadas con piedra y madera, con unas grandes fachadas mayoritariamente blancas y rematadas con bonitos balcones. Todo ello hace de Candelario un pueblo con encanto. 

 

 

Recorrido por Candelario

 

Lo primero que tenemos que tener en cuenta al llegar a Candelario es que no podremos dejar nuestro vehículo en el casco histórico, lo tendremos que aparcar en alguno de los parkings destinados a ello. Hay uno en la parte alta del pueblo, y otro en la parte baja (yo opté por este último). 

Candelario tiene dos calles principales, calle Mayor y calle de la Regadera Baja. El recorrido a pie que hice fue subir a la parte alta del pueblo por la calle Mayor, y volver bajando por la calle de la Regadera Baja.

Desde ellas salen pequeñas callejuelas que nos llevarán a distintos puntos de interés y a maravillosos rincones en los que podremos admirar.

Subiendo por la calle Mayor, y a media alturas, giraremos a la derecha para encontrarnos con el ayuntamiento, imponente edificio de cuatro plantas y que fue construido a finales del siglo XIX, y que en un principio albergaba la oficina de correos y telégrafos, juzgados y hasta la cárcel. 

Siguiendo nuestro recorrido ascendente, llegamos a la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Esta iglesia es una mezcla de estilos, ya que podemos encontrar rasgos románicos, góticos, mudéjar y barrocos. Destacan su fachada y su torre, que inicialmente era más alta, pero en su reconstrucción se decidió dejarla en su estado actual.

 

 

Antes de comenzar nuestro camino de vuelta, nos pararemos en alguna de las fuentes que hay por el pueblo y nos podremos sentar en la Plaza de Solano. Siguiendo nuestro camino llegaremos a la Casa Chacinera, pequeño museo en el que nos muestran cómo se vivía en Candelario a finales del siglo XIX y principios del XX. Además nos muestran la importancia que tenía para la vida del pueblo la época de matanza, girando todas las actividades entorno a ella.

Llegamos así a nuestro punto de inicio, donde dejamos para el final la Ermita del Cristo del Refugio. Lo que más destaca desde fuera es el porche de madera y tejas y sustentado por pilares de piedra. Ya en su interior destaca su retablo de madera y de estilo barroco.

 

Una vez terminado nuestro recorrido, podemos llegar a la conclusión de que Candelario es un pueblo con encanto, con algo que hace que nos transportemos a épocas pasadas.

 

Para terminar nuestra mañana paseando por las calles de Candelario, no había mejor manera que comer en alguno de sus numerosos restaurantes. Si decides hacer la visita en fin de semana, te recomiendo reservar en alguno de ellos, ya que mucha gente se acerca a este pueblo para degustar alguno de los típicos platos de la zona, como por ejemplo alguna carne a la brasa.

 

 

Si estás pensando visitar esta zona y no tienes clara alguna cuestión o necesitas más información, no lo dudes y contacta conmigo.

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