09 May Turismo musical en Lisboa
En este artículo hablaremos de la combinación entre turismo y música en directo. Concretamente de nuestro viaje a Lisboa para ir al concierto de Guns and Roses. Lo llamaremos Turismo Musical en Lisboa.
Por regla general, el turismo musical será un tipo de turismo más pausado. No vamos a tener esa «extraña necesidad» de ver muchas cosas en poco tiempo, como si necesitáramos batir algún tipo de récord. Aquí el protagonista del viaje va a ser el concierto o festival al que asistamos, y el resto de experiencias que vivamos serán un valor añadido a nuestro viaje.
Por eso no hablaré en este artículo de qué cosas no hay que perderse en Lisboa. No profundizaré en las visitas a determinados monumentos. Para ello, os recomiendo otro artículo en el que sí profundizo sobre las cosas que se pueden hacer en Lisboa y sus alrededores. Link.
Índice del artículo
Por qué hacer Turismo musical en Lisboa
Nada más saberse que Guns and Roses se unían de nuevo para hacer una extensa gira, estaba muy atento a las fechas y ciudades en la que serían sus conciertos. Cuando salieron las fechas de su paso por Europa, vi que paraban en España y Portugal, así que había que decidir a qué ciudad ir. Como esta escapada la haríamos con amigos, hicimos una breve encuesta para decidir nuestro destino, y la decisión fue irnos de turismo musical al Lisboa.
Todos habíamos estado anteriormente en la capital lusa, pero Lisboa es una ciudad a la que no te cansas de ir. Tiene un encanto especial que te «engancha» y hace que vuelvas. Así que no nos costó nada ponernos de acuerdo y decidir volver a Lisboa. Además teníamos claro que no sería la típica visita a otra ciudad en la que quieres visitar muchos monumentos o museos. Queríamos disfrutar de la ciudad sin prisas, disfrutar de nuestro reencuentro, y sobre todo, disfrutar del concierto.
Transporte
En esta ocasión la preparación del viaje iba a ser más sencilla. El desplazamiento iba a ser por carretera, por lo que la parte de búsqueda y compra de vuelos nos la ahorrábamos. Eso sí, al moverte en coche por Portugal, hay que tener muy en cuenta el tema de cómo funcionan sus autopistas. Depende de cuál sea tu ruta, la manera de pago de la autopista será distinta. Hay que tener esto claro, ya que si nos para la policía y no llevamos el justificante del pago hecho de manera correcta, nos podemos encontrar con una desagradable sorpresa en forma de multa.
Aquí so dejo un mapa de las autopistas de pago portuguesas y el tipo de carreteras que son. De todas formas, hay otros artículos en otras webs dedicados exclusivamente a hablar y aconsejarnos a este respecto. Nunca está de más echarles un vistazo.
Vías con peajes exclusivos electrónicos.
Vías con peajes manuales.
Ubicación de los EasyTolls. Sistema de pago exclusivo para peajes exclusivamente electrónicos.
Punto de venta de tarjetas prepago. Se conoce como TollCard.
Punto de venta de servicios de prepago. Se conocen como TollService.
Alojamiento
Ahora tocaba planificar el tema del alojamiento. Esto había que hacerlo con tiempo ya que se esperaba una asistencia masiva de turistas ese fin de semana para asistir al concierto. Hay que tener en cuenta que, las más de 50.000 entradas puestas a la venta se agotaron bastante rápido.
Como siempre, había que decidir si alojarnos en hotel o en un apartamento. Como en esta ocasión íbamos 6 amigos que no nos vemos con la frecuencia que nos gustaría, decidimos alojarnos en un piso amplio para poder compartir más tiempo juntos.
La oferta en Lisboa es amplísima, y todo dependerá de tus preferencias: más o menos céntrico, amplitud, precio, servicios cercanos, etc. Para este tipo de reservas yo suelo utilizar Airbnb. Esta conocida plataforma tiene la ventaja de que utilizando de manera correcta sus filtros, la búsqueda del alojamiento, te puede resultar mucho más sencilla. Además, cuenta con las opiniones de huéspedes anteriores, cosa bastante útil, ya que nos da una visión más real de cómo es el alojamiento.
Turismo pausado
Todos los amigos que íbamos al concierto habíamos estado en Lisboa anteriormente, por lo que esta vez el tipo de turismo que íbamos a hacer iba a ser más contemplativo. Paseos tranquilos, sin las prisas del querer ver muchas cosas en poco tiempo, sentarte en alguna terraza, tomarte una cerveza fresquita o un vino y estar de charla con los amigos. Esta es una de las partes más positivas que tiene el turismo musical, el que todo es más pausado y contemplativo, y además puedes compartir esos buenos momentos con tu gente.
Como el concierto era el viernes (día en que llegamos), teníamos la ventaja de tener por delante todo el sábado y mañana del domingo para hacer lo que nos «fuese pidiendo el cuerpo».
A modo de ejemplo, estuvimos paseando por el Barrio alto y el Chiado, vimos la Plaza de Don Pedro IV, Plaza del Comercio, Elevador de Santa Justa, admirar sus famosos tranvías…
El Concierto
Como ya comenté antes, el concierto era el viernes, el día de nuestra llegada. Todos llegamos a Lisboa sin problemas, encontramos nuestro alojamiento y nos instalamos. Ya sólo quedaba ir al recinto del concierto, y eso fue la gran aventura del fin de semana.
El paseo marítimo de Algés fue el recinto escogido para albergar el concierto. Estaba a unos 10 km de Lisboa y teníamos claro que iríamos en transporte público. Creo que la organización tuvo un error de cálculo, porque no hubo refuerzos suficientes de trenes (este era el medio que elegimos en un principio) y autobuses. Empezamos a andar y por el camino decidimos coger taxis. Parecía todo resuelto, pero… nada de eso, carretera colapsada. Tráfico totalmente parado y avanzando prácticamente nada cada vez que nos poníamos en marcha. Así que decidimos bajarnos de los taxis e ir andando. Llegamos con el tiempo justo, pero afortunadamente la entrada al recinto sí estaba muy bien organizada y fue bastante rápida.
Una vez dentro ya sólo quedaba pedir bebidas y coger posiciones. Si quieres estar a una distancia prudencial del escenario, yo siempre recomiendo en macroconciertos acercarnos al mismo desde cualquiera de sus dos laterales, y desde ahí poco a poco ir adentrándonos. Eso fue lo que hicimos nosotros, y la vedad es que c0nseguimos un buen sitio.
Y por fin llegó la hora de lo bueno. Después de su clásica intro de los «Looney Tunes», como no podía ser de otra manera abrieron el show con «It´s so easy», clasicazo de su obra maestra «Appetite for destruction». Ya los teníamos ahí delante. Yo tuve la suerte de verlos en sus buenos tiempos, allá por 1992 en el mítico concierto del Benito Villamarín de Sevilla, y claro el tiempo no pasa en balde.
Tras cuatro canciones más, llegó mi favorita. Empezaron a sonar en la guitarra de Slash muy lentamente los acordes del «Welcome to the jungle», para poco a poco ir subiendo la intensidad hasta desatar la locura colectiva de todos los presentes. Una de las dudas que hay siempre entorno a Guns and Roses es cómo estará Axl. El año anterior le había visto en el concierto de AC/DC en Sevilla, y aunque lo tuvo que hacer sentado en un gran trono por problemas en una pierna, estuvo a gran altura y me sorprendió muy gratamente.
Los temas iban cayendo, hasta llegar a un momento sorprendente y muy emotivo, cuando interpretaron «Black hole sun» de Soundgarden, en homenaje al recientemente desaparecido Chris Cornell. Curiosamente, Soundgarden fueron uno de los teloneros de Guns and Roses en el concierto del ´92 en el Benito Villamarín.
Empezaron a sonar las primeras notas de la banda sonora de El Padrino, y eso siginificaba que otro de los momentazos del concierto estaba al caer. Efectivamente, de nuevo locura colectiva, Slash comenzaba «Sweet child o´mine». Ver las caras de la gente, todos cantando a una, fue realmente impresionante.
Poco a poco la cosa iba llegando a su fin, no sin antes llevarnos la grata sorpresa de que tocaran una versión del «Whole lotta rosie» de AC/DC, en la que Axl se sintió como si fuera suya. Entonces empezó a retumbar el comienzo de «Paradise city», lo que significaba que era el final. Pero fue un final apoteósico. Nuevamente los 50.000 que estábamos allí nos volvimos locos y no paramos de saltar, gritar y cantar. Gran fin de fiesta en el que no pudo faltar el confeti y los fuegos artificiales.
Gran concierto de los californianos, que a los que vamos teniendo alguna cana que otra, nos hizo retroceder en el tiempo y rejuvenecer un poco. Nuestro objetivo de pasar un gran fin de semana de turismo musical en Lisboa estaba cumplido.
El pasado 2020 iban a dar un único concierto en Sevilla, en el mismo escenario que en el ´92, pero… llegó el coronavirus y todo se fue al traste. Si nada se antepone y no hay nuevos contratiempos, será el próximo lunes 7 de junio de 2022 cuando por fin los podamos ver de nuevo.
Conclusión
Para los que somos amantes de la música en directo y nos encanta viajar, este era uno de esos fines de semana perfectos. Si además te reúnes con amigos, te echas una risas con ellos, charlas y disfrutas de su compañía, ¿qué más podemos pedir?
Ya sólo nos queda esperar a que toda esta pesadilla vivida desde marzo de 2020 se acabe y podamos volver a planificar viajes para ir a conciertos y festivales y que nos podamos hacer nuevamente Turismo musical en Lisboa y muchos lugares más.
Y recuerda, si tienes alguna duda, quieres preguntarme algo o que te planifique el viaje, no lo dudes, contacta conmigo y prueba el Turismo Musical.
Sin comentarios